lunes, 8 de noviembre de 2010

4º Día: Brujas

ITINERARIO
Día 4: 24/07
Brujas(noche): visitar la ciudad
ir al museo del chocolate y paseo en barca por los canales

Nos despertamos relativamente pronto, las 8 y media o así. Bajamos a desayunar, otra vez bufete libre de albergue, que realmente es bastante útil aunque no muy apetitoso en la mayoría de las ocasiones. Subimos a la habitación y empezamos a lavar un poco de nuestra ropa, y después la colgamos con 2 cordones atados que había traído Maider.
Una chorrada bastante grande lo de lavar así nuestra ropa, porque teníamos una lavandería justo en el local de al lado del albergue. Pero nos dimos cuenta de su existencia cuando nos ívamos.

Ese día nos levantamos culturales, así que nos fuimos hacia una plaza muy grande, que deducimos que tenía que ser importante.
La plaza "importante"
En la plaza grande
Después estuvimos, como media hora, para encontrar el museo del chocolate. Comimos de todas las muestras que nos dieron a puñados, teníamos que coger fuerza.
Hechando un pulso
Despues de comer chocolate...a labarse lso dientes
De museos
Pero la mañana turística no quedó ahí, porque también nos animamos a ir....chan chan chaaaan... al museo de las patatas fritas! Donde al acabar la visita podías comerte un cono de patatas muy ricas.
Una pena perdernos el museo de las lámparas domésticas,que tenía una pinta apasionante.
Super maduras
Comiendo patatas
viendo el tipico museo aburrido
Fuimos a coger comida para llevar en un restaurante italiano, unos espaguetis bolognesa muuuy ricos y bastante baratos. Comimos en el albergue y después salimos otra vez a dar una vuelta por la ciudad. Deporte de riesgo para nosotras, la pobre Amaia se comió una de esas bolas para enganchar los remolques a los coches.
Estuvimos dando una vuelta y llegamos a un paseo entre arboles y al lado del río. Y que hicimos ¿pasear? ¡No! mucho mejor es bajar una colina para cortar (con ayuda de la navaja) unas plantas y sacarnos fotos con ellas.

Volvimos al albergue a cenar, y después de fregar los platos, etc, nos pedimos unas cerbezas en el bar y Paula fue la elegida por el destino para derramar el vaso de cerbeza.
Después de unas partidicas de brisca nos subimos a la habitación, donde conocimos a unas pamplonikas.
Tras nuestras chorradas correspondientes, como jugar al veo veo con la luz apagada (Maider caballito blanco).